Luces y sombras en el comercio exterior de cara a los próximos años
Los tipos de interés, la inflación, el estancamiento de la economía China y los conflictos bélicos serán determinantes, según el consultor
Los últimos datos publicados por la Organización Mundial del Comercio (OMC) manifiestan una clara revisión a la baja para la parte final del año en curso y principios de 2024. De cara a lo que resta de 2023, la institución revisó su previsión de crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías has rebajarla al 0,8%. Esto es menos de la mitad de la tasa de crecimiento del 1,7% prevista en abril.
Sin embargo, las perspectivas para todo el próximo ejercicio siguen siendo relativamente sólidas, con una tasa de crecimiento del comercio prevista del 3,3%. Se trata de una décima por encima de la estimación anterior del 3,2% en abril.
El pesimismo actual se basa en:
El aumento generalizado de la inflación y los tipos de interés en las economías más grandes, especialmente Estados Unidos y la Eurozona. Un cierto estancamiento de la economía china, por su posterior recuperación postpandemia. Los conflictos de Ucrania e Israel, que están tensionando aún más la geopolítica global.
A pesar de estos datos, hay razones fundamentales para ser optimistas y evidentemente no sembrar el pánico; pero el flujo internacional de bienes y servicios seguirá resistiendo a pesar de las incertidumbres.
Las cadenas internacionales de suministros -especialmente las más largas- continuarán siendo fundamentales, mientras sus flujos se mantendrán estables o incluso crecerán. Estamos hablando de cadenas de suministros basadas en grandes infraestructuras y largas relaciones entre países. Esto es algo difícil y casi imposible de sustituir o reemplazar en el corto y medio plazo.
Estas grandes cadenas de suministro globales unen fundamentalmente productores y fabricantes de materias primas, suministros y bienes primarios (energía, minería…). El origen de las fuentes en la mayoría de los casos es insustituible, por lo que es imprescindible que estas cadenas sigan inalterables. Quizás veamos algunos reajustes regionales, pero de un impacto menor y posiblemente temporales, así como algunas medidas proteccionistas de algunas grandes economías.
Los conflictos internacionales y el freno de la demanda en algunos países provocarán algunas modificaciones en las direcciones de los flujos de mercancías, que probablemente se recompongan de cara a 2025.