Nuestro comercio y para el país. Esto ha generado afectaciones económicas principalmente a las empresas que derivan sus cargamentos al recinto, imposibilitando su traslado a los destinos finales. Como presidente de la Cámara Aduanera de Chile, pido al gobierno que participe en forma directa en la negociación para que se resuelva a la brevedad esta situación. Este problema atenta contra la seguridad nacional, el comercio, la economía el empleo y las relacionales internacionales de nuestro país.

El daño a la región es de alto impacto y el resultado que esta paralización está ocasionando es transversal para nuestro país. Hay un encarecimiento en nuestro comercio exterior, este es el primer impacto que tiene a nuestras exportaciones e importaciones, ya que existe carga en el puerto que no ha podido ser embarcada, naves sin poder recalar y derivadas a otros puertos del país, con los consecuentes costos e inconvenientes logísticos. Por otra parte, se debe considerar que este Paro genera otros trastornos en el sector portuario. Al redireccionar la carga a otros puertos de la región y derivar las naves para que recalen en otras regiones, alteran la logística de todo el comercio Exterior nacional, por lo tanto, el desplazamiento para retirar cargas a otras instalaciones, la sobre carga que se genera por la recepción de mas naves en una zona, todo esto conlleva a demoras en la logística, y, por ende, costos no contemplados en la operación que finalmente pagarán las empresas y consumidores finales.

Hay más de 120 contenedores del valle de Río Negro y Neuquén que están completos con frutas frescas, y jugo concentrado, siguen inmovilizados al interior del Puerto. Toda esta carga proveniente desde empresas argentinas estaba destinada a países del norte de américa y nuestra región. Acá queda en jaque también la reputación de los puertos, la seguridad y confianza de nuestro país como corredor de salida para las exportaciones, faltando así a los acuerdos que establecemos con los demás países para mantener activo el intercambio comercial. Nuestra competitividad queda en entredicho a nivel internacional por esta situación.

Se ha perdido más de un millón de toneladas de diversas especies que no han podidos ser despachadas, lo que involucra a 27 naves de diversas especies (contenedores, carga general y graneles). Además, existen embarques de frutas frescas provenientes de otros países que no han podido ser recibidos, despachos de productos que se van degradando que tampoco han podido ser embarcados en buques para su zarpe, todos procesos en los cuales intervienen los trabajadores permanentes. Uno de los casos más grave representa una carga de 6.200 toneladas de jurel congelado para exportación. El sector forestal, manufacturas, frutícola y agrícola, pesca, todos ellos movilizan un alto volumen de carga diaria de exportación están expuestas a un complejo escenario.

También hay que considerar que las condiciones de almacenamiento de las mercancías en estos momentos, después de tantos días, sean adecuadas, puesto que, de no cumplir con las cadenas de frío y sanitarías, está latente el riesgo de perder las toneladas entregadas a exportación, con ello afecta a las empresas por el no cumplimiento de contratos, el quiebre de sus finanzas, quedan expuestos a acciones legales por estas faltas y en forma directa también tiene impacto en sus trabajadores, el daño colateral es incalculable.

Los datos, actualizados al 9 de mayo de 2024, consideran la actividad en Coronel, Lirquén, Talcahuano, San Vicente, Muelle Huachipato, Puerto Cabo Froward, Terminal Marítimo Escuadrón y Penco, que son los recintos con mayor movimientos en el primer cuatrimestre de este año, de acuerdo con las estadísticas de Aduanas. La carga de comercio exterior por los terminales de la zona totalizó en abril de este año US$1.278,84 millones. Durante el 2023, la Región exportó US$11.300 millones. Esto corresponde al 12% de todo lo que Chile exportó durante el año. El principal puerto exportador es el de Coronel que durante el 2023 exportó por un total de US$5.392 millones.